MOTIVACIÓN: En el año 2010, nos encontramos emprendiendo la tarea de realizar un taller de video con un grupo de chicos del barrio 22 de Enero de La Matanza. Allí conocimos a Gabriel, el más interesado y tímido, quien siempre se adelantaba, despacio, para tomar la cámara y no dejarla en toda la jornada. Gabriel era "un chico con gorrita" que fue asesinado por una banda de pibes de una villa aledaña. Esta situación, viviéndola de cerca, nos planteó la pregunta sobre el encierro que viven estos pibes, un encierro material y social que no les permite abrir nuevas posibilidades para su vida. ¿Cómo hacer una película que hable de la problemática de la estigmatización de los jóvenes en sectores populares pero que mantenga su espíritu de cambio y transformación? ¿Cómo liberar el relato y así también liberar esa imagen? ¿Cómo construir un relato que luche, que pueda hacer emerger la complejidad que abraza esta problemática? ¿Cómo mostrar una sociedad que crea niños que matan? Y, lo más importante, cómo hacerlo con el respeto y la distancia que nos impone nuestra posición en la sociedad. Descubrir un rostro nuevo, distinto.